El traductor simultáneo está de ferviente actualidad. Los gigantes Google y Microsoft han sido los primeros en lanzarse a la piscina de esta demandada ambición tecnológica. Depositar una total confianza en máquinas para que nos traduzcan en tiempo real es algo muy arriesgado.
Una utopía lingüística que consiste en traducir al instante conversaciones entre usuarios de una aplicación y serviría como un intérprete. Pero, por lo pronto, ningún intento serio ha conseguido un éxito rotundo.
Este traductor simultáneo ha fracasado al enfrentarse a la riqueza léxica de un idioma diferente, donde existen giros idiomáticos. Sin embargo, es una cualidad propia de los traductores profesionales que saben apreciar la esencia más pura de una lengua.
Esta herramienta no puede competir con la traducción “artesanal” de traductores en una traducción técnica, jurada, médica o publicitaria, etc. Estas traducciones no consiguen su culmen con un traductor simultáneo. Se requiere la capacidad de comprender el texto, interpretarlo y trasladar, posteriormente, el mensaje.
Consecuencias del traductor simultáneo
El área de traducción es una competencia creativa que necesita que el autor tenga personalidad. Tiene que tener activas todas sus competencias para poder realizar los trabajos con calidad.
Como mencionábamos, existen diversas traducciones que requieren un conocimiento profundo de sistemas, como puede ser el jurídico, médico… entre otros. Es imposible que un programa informático sea capaz de traducir correctamente un texto de esta índole sin cometer equivocaciones.
Al usar un traductor simultáneo podemos pecar de cometer algunas de las consecuencias negativas que vamos a explicar a continuación. Un profesional, sin embargo, nos puede ofrecer garantías de calidad que son capaces de ser apreciadas más allá del texto.
Una interpretación automática dicta mucho de comprender el contexto particular en que se sitúa la traducción. Puede incurrir en malentendidos y ser del todo incompleta en determinadas ocasiones.
Por otro lado, el traductor simultáneo también cala en errores en conversaciones que exigen el dominio de un vocabulario especializado.
Nos metemos en la mente de un traductor simultáneo de carne y hueso
Para corroborar la calidad de los traductores profesionales frente a un traductor simultáneo, vamos a analizar un caso real.
Se trata de una interpretación simultánea de un juicio donde se pretende encontrar el sentido de un mensaje. El proceso requiere de habilidades cognitivas, motoras y sensoriales que tienen que trabajar al unísono para llegar a buen puerto.
Un intérprete de calidad lo hace a tiempo real, con la firmeza de estar haciendo bien su trabajo y encontrar matices que se encuentran fuera del alcance de tecnologías traductoras.
Su cerebro es su único mecanismo y es el único que puede realizar dicha labor.
Los neurocientíficos han pasado décadas estudiando el lenguaje y han realizado numerosos estudios asombrosos sobre hablantes plurilingües.
El cerebro de un intérprete es difícil de analizar. Es un desafío científico digno de admiración. Dentro existe una especie de director de orquesta que coordina a la perfección la actividad para producir comportamientos sumamente complejos: la tarea de traducir e interpretar correctamente al instante.
Nuestra capacidad para interpretar simultáneamente es producto de la coordinación de las áreas que controlan las tareas generales del cerebro, como el sentido del oído o el movimiento. Por ello, los resultados de los estudios sobre la interpretación dan por concluida la idea de que la interpretación o traducción simultánea es una hazaña solo posible gracias al cerebro humano. Traductor simultaneo… ¿Traduces literatura?