Los traductores buenos no nacen de la nada. Son personas que evolucionan en paralelo con las demandas académicas, científicas y, como no, socioculturales. Un auténtico profesional de la traducción se hace con la cantidad de palabras que traduce de un idioma a otro. Por ello, a medida que va realizando cada vez más encargos, más crecimiento personal y profesional tiene.
Si tienes intención de trabajar en un futuro como uno de los traductores buenos de este país, estas son algunas de las cosas que no te pueden faltar. Solo hay que tener ganas, dedicarle tiempo y, por supuesto, mucha motivación. ¿Comenzamos?
¿Qué cualidades necesitan los traductores buenos?
Aunque suene redundante, lo ideal es que sea bilingüe. El bilingüismo contiene ya de por sí un amplio espectro de cualidades que se deben tener en cuenta.
- Aquí encontramos el primer punto para formar parte de los traductores buenos del mundo. Ser bilingüe no es reconocer que se tiene constancia del uso y reconocimiento de dos idiomas, sino tener un aprendizaje de aspectos textuales, léxicos, gramaticales y sociolingüísticos.
- Estar especializado en un tema en concreto. Esto es, cuando ya hemos pasado la primera prueba, la de ser bilingües a efectos prácticos de la profesión. Un buen traductor se especializa en un tipo de temas. En lugar de navegar en varios campos, lo mejor es especializarse en uno.
- La formación académica es fundamental. Aunque digamos que los buenos traductores se hacen por su número de palabras traducidas, también necesitan formación. En un buen aprendizaje, un traductor profesional se enseñará a usar los procesos requeridos para trabajar, métodos y enfoques…
- El uso de herramientas de traducción nos ayuda. Para conformarse dentro de los traductores buenos debemos saber reconocer y usar las herramientas adecuadas para cumplir con el trabajo. Estos puntos de apoyo pueden ser desde diccionarios, fuentes de documentación de nuevas tecnologías…
- Saber organizarse. Una cualidad que distingue a un buen profesional de la traducción es saber desempeñar su labor de manera ordenada. Para ser traductor, se debe tener un cierto grado de competencia estratégica. Hacer las entregas a tiempo, con el formato pertinente, maquetación, estructura…
Cinco cualidades más de los traductores buenos
- ¿Cómo funciona nuestro cerebro? Los componentes psicofisiológicos son imprescindibles en los traductores buenos. La memoria, la emoción, la atención o la percepción son rasgos que debe poseer un profesional de calidad.
- Ser bueno en un solo idioma. Aunque se te dé bien el manejo de varias lenguas, lo ideal es especializarse en tan solo una. Perfeccionar en profundidad un idioma y rendir más en cada proyecto.
- Huir de los traductores automáticos. No hay peor error para un traductor profesional que pecar en el uso de herramientas de traducción automáticas. Actualmente existen un sinfín de plataformas de traducción automáticas, pero debemos ser consecuentes con nuestra formación y trabajar sin usarlas.
- El sentido, el mayor de los sentidos. Aunque suene rimbombante, los traductores buenos recurren al uso de su sentido profesional para que el texto tenga coherencia. Una de las vías para ello es que posea riqueza literaria. El uso de sinónimos, de conectores bien posicionados, tiempos verbales conjugados perfectamente…
- No olvidar nunca el origen. Un texto bien traducido se ciñe al original. Aunque se use riqueza literaria, la esencia del texto origen sigue presente cuando se ha realizado la traducción.
Pese a que parece complicado tener todos estos requerimientos, ¡nunca te dés por vencido!
Si estas formándote como traductor y quieres una oportunidad para trabajar de ello, intenta averiguar cuántas de las cualidades que hemos explicado coinciden contigo. Si son más de 8, ¡Seguro que estás contratado!
1 Comentario
Sonia
Queria sòlo anadir también la importancia de vivir en el Paìs para aprender la lengua ( y no sòlo).