No siempre surgen las cosas de la nada. A veces, sólo a veces, se necesita encender la mecha para que algo pase, y eso pasó con las lenguas romances y su detonante. ¿Sabrías adivinar qué pasó?
Las lenguas románicas pertenecen a las lenguas indoeuropeas que aparecieron por evolución del latín vulgar (común). Estas lenguas itálicas sobrevivieron al Imperio Romano. Actualmente existen más de 20 lenguas romanceS.
Las lenguas románica, conocidas también como romances o neolatinas, tienen un origen y una historia apasionante. Entender su evolución histórica nos ayudará a conocer el idioma que queramos que derive de esta rama idiomática.
Varios millones de hablantes actualmente usan lenguas románicas, aunque la mayoría de las lenguas son regionales y solo seis de ellas de uso general.
La teoría tradicional que explica el surgimiento de las lenguas romances es que, como bien decíamos, proceden del latín vulgar, evolución al mismo tiempo del latín clásico, que podrían tener origen a partir de los siglos IV o V d.C.
Para algunos lingüistas, incluso esto se adelanta a los siglos II y III, y para otros, este proceso evolutivo del latín a las lenguas románicas se asocia a la decadencia del poder político romano, por lo que sería un momento histórico más tardío.
Muller, un estudioso de lenguas, en 1929, también llegó a la conclusión de que, como bien se apuntaba, el latín vulgar se hablaba en toda la Romanía hasta el siglo VIII, y que, tras la caída del Imperio y la institución de la Iglesia, además de la reforma carolingia y la entrada del sistema feudal, surgieron dichas lenguas romances.
¿Qué son, entonces, las lenguas romances?
Las lenguas romances son unas lenguas indoeuropeas que se relaciones entre sí a través de la fonética, la morfología, etc. y que aparecieron por la transformación del latín común.
Para conocer cuáles son las lenguas romances tenemos que dividir nuestra explicación en varios grupos: uno de ellos es el grupo iberrománico, donde encontramos el español, el gallego, el portugués, el asturleonés y el navarroaragonés; otro grupo es el galorrománico, con el francés y el arpitán (Francia, Italia, Saboya y Suiza); el grupo italo-rumano, con, evidentemente el italiano, rumano y el siciliano; y, finalmente, el grupo occitano-románico, donde están el occitano el friulano y el catalán.
Además, cada uno de estos grupos e idiomas que contienen, se subdividen en otras tantas lenguas habladas, así como en dialectos y variantes de idiomas que se especifican según la región de los hablantes.
Como bien habrás podido deducir, las lenguas romances se reparten equitativamente por gran parte del mundo gracias a las colonizaciones que los europeos realizaron siglos atrás a varios puntos geográficos mundiales.
El latín, al extenderse por Europa debido al Imperio Romano, favoreció también esta expansión idiomática una vez se transformaron a las lenguas romances. Cuando cayó el Imperio, las tribus germánicas se hicieron con el norte de Europa, afianzándose así el latín en el sur. Pasado el tiempo, el latín se hablaba en países del sur, que cambiaron a lenguas romances.
En el norte de Europa, actualmente, se hablan idiomas como el inglés y el alemán, descendientes de lenguas germánicas, y en el sur las descendientes del latín: español, francés o italiano (lenguas romances).
Pero, ¿cómo fue esa evolución del latín vulgar a las lenguas románicas?
Pues, básicamente, a través de varias etapas, claramente definidas. Comenzaremos con el periodo entre el 200 a.C. y el 400 d.C., en el cual se hablaban diferentes formas del latín vulgar; tras esto, del 500 al 600, comenzaron a distinguirse aún más las variantes y, a partir del 800 d.C. se reconocen como tal que existen lenguas romances.
Así pues, si estás en el inicio de un nuevo idioma o en proceso de aprenderlo, conoce primero cuál es su origen, debes saber a qué grupo de lenguas pertenece.
En posteriores posts, hablaremos del resto de lenguas del mundo, como son las lenguas germánicas, caucásicas o las drávidas, por ejemplo.
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