Películas, cortos, vídeos de redes sociales… estamos en la era digital. La transcripción audiovisual cobra cada vez más relevancia.
Hemos oído hablar de la traducción audiovisual, pero en menor medida de la transcripción. Hoy vamos a centrarnos en hablar de cómo volcar contenido de audio a un archivo de texto y traducirlo a los idiomas que necesitemos.
Los traductores profesionales suelen recibir encargos de textos en documentos para cambio de lenguas o de vídeos para subtitularlos y modificarles el idioma.
Para temas de transcripción de audio o vídeo a texto, la cosa es menos común. No obstante, desde hace unos años atrás, gracias a que nos encontramos inmersos en plena era del vídeo, los contenidos audiovisuales tienen más facetas que explotar.
La transcripción de audio o vídeo se puede realizar a muchas lenguas diferentes que necesitemos y consiste, básicamente, en volcar contenido de un audio que vemos o solo oímos, a un documento de texto.
El servicio de traducción profesional se encarga de hacer llegar al público el contenido que vemos en versión lectura, ideal para películas o cortos que posteriormente pasan a ser libros o historias breves.
¿Por qué la transcripción audiovisual?
El entretenimiento que nos dan los vídeos es conocido por todos ya, pero, no es el único. Hay quien disfruta más de una buena lectura y eso solo se puede dar si, a un contenido digital de vídeo o audio le damos forma con las palabras escritas.
Gracias a un traductor profesional es posible y se le saca más provecho, incluso, a la traducción audiovisual, que ya se encarga en parte de poner letras a los vídeos.
No confundamos entonces los conceptos traducción audiovisual con el término transcripción, pues el primero acompaña al vídeo y en la transcripción vemos solo texto, sin apoyo gráfico.
Pero, aun viendo la diferencia entre ambos, no podemos dejar de ver que, simplemente se trataría del proceso de traducción, pero eliminando el vídeo y tampoco es así.
El proceso de transcripción de vídeo es más complejo de lo que pensamos. Los traductores e intérpretes necesitan tener en cuenta tanto la temática del vídeo, además del tono de voz y deje de las personas que intervienen, cantidad de individuos, claridad de audio o terminología de este.
No solo significa escribir lo que escuchamos, va más allá.
¿Para qué nos sirve la transcripción audiovisual?
Tanto la traducción audiovisual como la transcripción de vídeos suponen un avance en los negocios para generar textos partiendo de los vídeos y que sean legibles en buscadores de la red. Esto sirve, a grandes rasgos, para mejorar en el posicionamiento orgánico del negocio.
También nos ayuda a llegar a más público internacional a través del contenido que tenemos audiovisual con la traducción a varios idiomas del mismo de forma escrita para mayor comprensión.
Si acudes a un profesional experto en traducción que se encargue de estas tareas, podrás darle más usos de los que piensas a tu texto, pues bien lo puedes usar para uso solo de documento escrito, pero puedes seguir añadiéndolo a tus vídeos o audios como acompañamiento y accederás a un mercado mayor.
En vídeos corporativos, en webcast, convenciones o simposios, videos de productos para venta, entrevistas, etc. y más materiales audiovisuales pueden usar el servicio de transcripción en la actualidad.
Acude a profesionales de idiomas, no a un software
Ya lo hemos apuntado con anterioridad, aunque existan muchos programas de traducción online, nada sustituye a un perfil profesional de traductor.
La realidad es que los expertos se aseguran de que está bien hecha la transcripción de audio a texto, sea interpretado todo a través de un contexto y un momento histórico y eso no lo hace el software en línea.
Confía solo en una agencia de traducción de confianza para la transcripción de tus vídeos pues trabajan con varias lenguas cada día, supervisan cada contenido que se crea y lo revisan hasta que no detectan ningún fallo.
Los programas de transcripción automáticos pueden cometer errores porque entienden cosas mal fuera de contexto o por la expresión vocal de las personas que hablan, por ejemplo, cuando se pronuncia un “por qué o porque”.
Incluso cuando hablan varias personas, y la cosa se complica, el profesional de idiomas sabe distinguir cada dialogo y sacar las frases sin errores. No ocurre lo mismo con los softwares en línea.
Ya no hay barreras que nos hagan no poder ver una película porque esté en otro idioma o no entendamos bien el acento, las posibilidades están ahí y somos nosotros los encargados de cogerlas y mejorar nuestra calidad de vida.