Las traducciones literales están de moda. Antes, solo apenas unos años, traducir literalmente del inglés al español y viceversa, estaba muy mal visto. Actualmente, es una acción realmente aclamada por la sociedad.
¿Por qué? Te preguntarás. Pues bien, las traducciones literales del español al inglés están por todas partes. Tanto es así que las marcas se pelean por conseguir un puesto en las más demandadas por los amantes de lo “gracioso” y divertido. Lejos quedan las traducciones profesionales y rigurosas que transmiten seriedad.
Una de las empresas que más ha despuntado es Superbritánico. Esta marca sevillana surgió de la idea de tres jóvenes emprendedores que usaron las “expresiones más populares, más graciosas y más repetidas de este nuestro país” y las trasladaron directamente al inglés, tal cual.
De esta unión de talentos surgieron frases como: «Today, don´t have the pussy for litte lanterns» – «Hoy no tengo el chichi pa farolillos» o «Go to fry aspargus» – «¡Vete a freír espárragos!». Estas hilarantes expresiones las podemos encontrar en tazas, libretas, cuadros, bolsos y muchos más artículos.
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Otras traducciones literales al inglés graciosas
Siguiendo la estela de esta empresa sevillana (que ya cuenta con más de 45.000 seguidores en Twitter y 143.000 en Instagram), encontramos fallos que, a priori, no parecen intencionados como los de esta marca.
Se tratan de traducciones literales del español al inglés debido al mal uso, o indebido uso, del traductor online automático. Siempre lo diremos, ¡cuánto daño ha hecho Google Translate y demás rutas de traducción fácil! Pobre de la agencia de traducción que intenta luchar contra esta máquina.
Hoy día, cualquiera puede pasar una frase del español al inglés, pero eso no quiere decir que lo haga de la manera correcta. También puede hacerlo al alemán, al chino o al árabe si le apetece, pero, ¡ojo con la traducción que saldrá de ahí!
Este tipo de métodos “rápidos” para traducciones al instante pueden pecar de hacer traducciones literales graciosas. “Una patada al diccionario” – “a kick to the dictionary”. Un ejemplo lo encontramos en la imagen de la famosa cadena de restauración Starbuks y su marquesina donde nos dice “Exit Only” y lo interpretan como “Éxito aquí”.
Otro ejemplo, esta vez en traducciones literales del inglés al latino. Encontramos una expresión en una piscina pública de Los Ángeles donde se leía: “Please, turn off showers when you are done”, traducido de manera incongruente como “Por favor, vuelta lejos chaparrones cuando usted es hecho”.
Malas traducciones literales
Lo malo siempre abunda, y es noticiable. ¡Cómo no! Siempre hablaremos más de las traducciones literales malas frente a traducciones profesionales de calidad.
Esto se debe a que lo que se hace mal, llama más la atención cuando se sabe que no debería ser así. Además, nos sirve de ejemplo de lo que “no se debe hacer” y “lo que no debemos esperar de un traductor profesional”.
Hoy, queremos dar a conocer malas traducciones, eso sí, literales, que nos han llamado la atención. Del español al inglés y del inglés al español, todo “vale” si hacemos una pequeña búsqueda en la red.
Un ejemplo sencillo, pero desternillante de traducciones literales al español, es la expresión de los prospectos de medicamentos. En estos se puede leer “once a day” (una vez al día), traducido literal como “once veces al día”.
Otra traducción mala que nos impactó nada más encontrarla fue la realizada por un restaurante. Para agradecer la visita de sus comensales, nada mejor que dejarlo escrito para la posteridad. Ante la expresión en español “Gracias por su visita”, las traducciones literales al inglés también cometen fallos como poner “Thank you for his (her – your) visit”, demasiado literal…
Traducciones literales del español al inglés
La traducción literal no siempre funciona. Ya está quedando claro en este artículo. Pero queremos finalizarlo reforzando la idea de que sea cual sea el idioma, se cometen fallos al hacerlo literal. Siempre recomendaremos contar con los servicios de traducción de profesionales muy acostumbrados a adaptar textos.
No solo achaquemos las malas traducciones del inglés al español, pues a la población anglosajona también le cuesta horrores traducirnos. El resultado casi nunca es el esperado. Di no, que se lo digan al encargado de elaborar un menú en un bar. Este, al querer poner “patatas bravas” en su carta inglesa, tradujo literalmente el plato y ofreció a sus clientes una de “brave potatoes”. ¿Estarían buenas?
Otro ejemplo que nos sorprendió fue “¡por favor, bajad las perchas!”, que se tradujo como un “Please, download hangers!”. No supo diferenciar que ese “bajar” no tenía nada que ver con el verbo “descargar”. Download fue el que finalmente se vio reflejado en esa traducción del español al inglés tan nefasta.