Los préstamos de palabras del inglés están cada vez más presentes en nuestro diccionario y, por ello, cada vez son menos frecuentes su traducción al español.

Desde hace varias décadas en adelante, las influencias y flujos de otras regiones del mundo se llevan realizando y es normal encontrar en países de habla española, francesa o portuguesa palabras derivadas del inglés, la lengua por excelencia con el avance de las nuevas tecnologías.

La lengua evoluciona cada año a una velocidad imparable. La tecnología y la globalización han ayudado a ello y, pese a que todo camina en una senda positiva, tenemos que controlar el proceso de algunos idiomas y sus relaciones con las personas, pues puede que lleguemos a un punto de no retorno que merme nuestra propia lengua a favor de otras mayoritarias.

De ahí surgen los anglicismos, entre otros muchos prestamos lingüísticos. Hoy hablamos de la potencia inglesa del idioma por ser la más consolidada a nivel mundial y la que más términos ha sabido exportar al exterior con éxito.

Estos no son más que términos que salen del idioma inglés y se incorporan en otra lengua de forma sutil, pero con determinación y acaban, o bien conviviendo con su traducción u ocupando su lugar, bien porque no haya conversión o por mayor uso de la población.

Los anglicismos que no son traducidos

Muchos de los artículos en internet contienen textos referenciados a anglicismos y a su traducción al castellano, pero en esta ocasión no vamos a tratar de ello. Queremos darte todo lo contrario, lo que se usa directamente con la palabra inglesa.

Son anglicismos totalmente consolidados que no tienen traducción al español o ésta ha quedado muy obsoleta para su uso. Son las palabras en inglés que también viajan por otras partes del mundo y se instalan en sus diccionarios.

Términos derivados del deporte como K.O, boxes o penalty; conceptos cinematográficos, normalmente nombres propios, como Hulk, Ironman, Spiderman…se hace raro llamar al hombre de hierro así, tal cual, o al hombre de araña sin más, pierden fuerza sus personajes.

También, las palabras que surgen del empleo de nuevas tecnologías ocupan un lugar importante en los anglicismos que menos se traducen. Por ejemplo, siempre habrás usado el término pen drive y no lápiz de memoria; igualmente ocurre con banner, que no tiene traducción del español; estar online, bit, ADSL, URL, e-commerce, entre otras muchas otras palabras inglesas.

Los traductores profesionales la mayor parte de las veces no traducimos los anglicismos, fundamentalmente la terminología de negocios e informática.

Después de tener un co-working y haber trabajado duro online, podemos conseguir un feedback de nuestros partners, así como un brainstorming de lo más cool en todo el team. ¡Asap!

¿Por qué no castellanizamos los términos de otras lenguas?

Actualmente es complicado definir un solo idioma sin que tenga prestamos de otras influencias. Vivimos en un mundo rodeado de constantes intercambios y, si te paras a pensarlo, no usamos 100% a diario palabras solo del diccionario español.

Muchas palabras son anglicismos y, aunque exista una versión castellanizada, no suele tener el mismo resultado si lo usas con determinada población, sobre todo al usarla en jóvenes que tienen más interiorizado el concepto en inglés.

También, muchas veces, resulta tan complicado de definir en español ese término inglés que es preferible decirlo directamente en su idioma original, más fácil para la comunicación entre personas. En ocasiones, incluso, si pretendemos decirla en español, su traducción puede resultar imprecisa y poco clara.

Ejemplos de esto lo encontramos en palabras como startup, CEO o copyright. Otro caso viene de la palabra stalkear, de reciente creación, que viene a definirse como el cotilleo o curiosidad de forma obsesiva. Creado gracias a las redes sociales y su uso más frecuente. Es normal usar el término anglosajón para ser entendido perfectamente.

Las fake news, a pesar de tener una clara traducción del inglés, también tienden a pasarse por alto esta conversión y usar esta palabra sonante que da más intensidad al bulo por internet, que es de lo que trata el término.

Con todo esto, no queremos darle más peso al idioma inglés frente al castellano, ni mucho menos, sino que sepamos cuándo usar unos términos en una lengua u otra, según la ocasión, las personas con las que nos comuniquemos o si tiene o no equivalente.

Tenemos que poner en valor nuestro idioma, pero también reconocer la importancia y el peso que el idioma inglés y sus anglicismos nos aportan a nuestra vida diaria.

¡Ah! Y si tienes problemas con la traducción de inglés español, no dudes en solicitar los servicios de traducción de Tradupla, agencia de traducción profesional.

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