A veces, las empresas encargadas de comercializar las películas de origen americano o británico (las más demandadas) o incluso, las que provienen de otros países, buscan traducir el nombre de la película de manera que sea más atrayente al público, aunque eso signifique alejarse de su esencia inicial.
Es por ello que, desde nuestra agencia de traducción Tradupla, vamos a analizar hoy los motivos por los que las distribuidoras prefieren elegir otro nombre diferente para los filmes y qué pasaría en el caso de que se dejasen tal cual.
Motivos por los que se traducen diferentes los títulos de las películas
Muchos son los estudios ya que se han puesto a indagar un poco en el tema que nos incumbe hoy.
Si muchas son las personas ya que se han planteado, al comparar una misma película en dos países diferentes, por qué se traducen así, hoy vamos a analizar un poco más en profundidad los requisitos que se deben cumplir para que sea correcto el título.
Lo primero que se tiene en cuenta a la hora de la traducción de un título de película es la relación con la misma, es decir, que sea un resumen de su contenido en sí. Así pues, el espectador más o menos se puede hacer una idea de qué va a tratar y decide si ir a verla o no.
Por otro lado, debe ser una traducción que sea del todo publicitaria, o sea, que atraiga al espectador como una especie de gancho para que los índices de los consumidores de cine aumenten considerablemente.
Finalmente, otro motivo es las referencias culturales. Con esto nos venimos a referir a que en cada país se tienen sus propias referencias y sentidos de las expresiones, por lo que con la traducción de una película se debe conseguir que sea comprendida en su totalidad, que refleje su carácter y que no suponga ningún tipo de agresión para la audiencia extranjera.
¿Qué errores se cometen al no traducirlos directamente de su título original?
Aunque, acabamos de ver que la traducción literal muchas veces no es necesaria en los títulos de películas, otras veces se peca de error al hacerlo y, es mejor incluso, dejarlo como tal para que cobre más sentido.
El primer error que suelen cometer las empresas encargadas de la distribución de las películas en otros países es quitarle el sentido al contenido. El mensaje original se elimina pues se selecciona una traducción del título que pueda quedar bien en el país, pero modifica la intención del autor de la obra cinematográfica por completo.
Otro aspecto en el que suelen pecar en exceso al traducir mal el título es cambiarle el género. Para explicar un poco más este aspecto nos tenemos que ir hacía la categorización que se les da a las películas. Si a una película que es de género drama se le cambia el título en la traducción a una de tinte cómico, se estará realizando de manera poco precisa.
Si un título se traduce haciéndonos spoliers, también se considera mala traducción del mismo. En muchos casos, en vez de introducirnos en la posible trama, que es la manera ideal de poner un título, se revela incluso el final, lo que hace perder la emoción y las ganas de ver la película.
Finalmente, si se busca una traducción que no sea la proveniente de la original se puede incurrir en aplicar palabras “gancho” o de demasiada demanda. Con esto nos venimos a referir a que, con tal de ser más publicitario, un título puede usar palabras repetitivas como peligro, obsesión, aventura o amor, y arruina por completo lo que podría ser un buen argumento de la película.
Películas que cambian por completo al traducirlas
Como colofón a esta serie de “faltas” que se suelen cometer al traducir literalmente o no un título de una obra cinematográfica cuando se lleva a otro país, vamos a sacar como ejemplo algunos de los filmes un poco desafortunados en su traducción y otros que sí merecen el nuevo nombre. ¿Tienes ganas no?
Pues bien, entre los tops mejores encontramos “A very bad trip”, un viaje muy malo, que en español se tradujo como “Resacón en las Vegas” o la película bajo el título “Jaws” que se comercializó como “Tiburón” mejor que su nombre mandíbulas en traducción literal.
Por otro lado, encontramos los peores cambios, los que se deberían quedar como su original. Este es el caso de “The Pacifier” que se tradujo como “Un canguro superduro”, nada que ver desde luego, o “Eternal Sunshine of the Spotless Mind” que se introdujo en España como “¡Olvídate de mí!”, quitándole sentido a la película.