Si vas por el camino fácil, seguramente encuentres trabas o errores, como ocurre si recurres a una traducción automática en tus cambios de idiomas. Por ello, vamos a estudiar algunos errores garrafales de la traducción automática para que no olvides contratar SIEMPRE unos servicios de traducción profesionales.
Usar el traductor automático es como comer o ducharse a diario, se suele hacer con mucha frecuencia, pero, al contrario que esas dos acciones cotidianas, esta puede meternos en más de un inconveniente.
Es tan sencillo como darle copy and paste y mirar en una búsqueda rápida qué significa una frase o párrafo cambiado de una lengua a otra para una gestión que tengamos que hacer rápida o una conversación que mantengamos mediante una aplicación digital.
Pero, como ya adelantábamos, esta simple acción puede darte fallos, ¡y muchos! Las traducciones a través de plataformas automáticas pueden crear erratas y muchas de ellas son verdaderamente desternillantes (si no nos pasa a nosotros, claro).
En un mundo digitalizado, es lógico usar el traductor online, pero no son herramientas 100% fiables. Si necesitamos cambiar de lenguas y es para algo más formal, como podría ser un documento oficial, un email a una empresa importante, CV, trámites en general, no te fíes de las traducciones hechas de forma online automáticas.
La profesionalidad puesta en juego
Usar estas herramientas de forma esporádica serán de utilidad si nuestra intención es aplicar las traducciones para algo al uso, informal o de una rapidez aplastante. Esta permitido, aunque no sea aconsejable.
La rigurosidad y la calidad de los documentos que obtengamos con el cambio de idioma están en juego porque suelen realizar grandes meteduras de pata.
El uso de estos traductores es para ocio personal, nada más, pero no lo hagas jamás para algo profesional o te pasará lo mismo que los ejemplos que te vamos a dar a continuación.
Por ello, no podemos recomendar más que acudas a una agencia de traducción profesional para traducir la documentación y web de tu negocio.
Ejemplos de malas traducciones
Una de las mejores historias que hemos oído hablar sobre malas traducciones automáticas debido al uso de “translate” es esta. Una persona, que trabaja en una multinacional dice que tiene buen dominio del inglés.
Hasta ahí todo bien porque hay, actualmente, muchas personas que tienen esa aptitud gracias a la globalización que estamos viviendo.
Esta persona, en su rutina diaria, escribió un email a su director, que tenía nacionalidad estadounidense y, primero, escribió el texto en su lengua materna, el español, para luego traducirla de forma online al inglés en una página de traducción automática al uso.
El receptor de dicho email se dedicaba a vender automóviles y, como tal área, tiene palabras técnicas del ámbito del motor. Cuando el traductor automático cogió términos de este tipo, no apreció el contexto “motor” y escogió mejores conceptos más generales que aparecen en el diccionario.
Los dispositivos electrónicos, como ordenadores, móviles y tabletas con los que hacemos la traducción automática utilizan bases de datos que no entienden de contextos, de intenciones de escritura ni de los dobles sentidos.
Los traductores online se basan, únicamente, en traducir literalmente lo que le hemos puesto, nada más.
Por lo que el comunicado que recibió este director de multinacional llegó con grandes erratas y fallos de intención de escritura y éste último contestó de la manera más oportuna que se pudo hacer:
“Me alegro muchísimo de ver que todo va por allí viento en popa, ya veo que ahora también nos dedicamos a la venta de lanchas”.
Pues, el trabajador no se percató que el traductor automático había cambiado en la traducción “motorship” por la palabra lanchas y cayó en un ridículo la mar de curioso.
Así que, como moraleja a esta breve historia podemos extraer dos conclusiones:
Conclusiones
Lo primero, y más visible, es que no debemos decir que tenemos un nivel de idiomas que no nos corresponde porque pueden pillarnos fácilmente en esta mentira y quedar peor que si de primeras decimos la verdad.
Lo segundo, y no menos importante, evitar acudir a traductores automáticos para no caer en fallos de esta índole.
Cuando necesitemos una mano experta, recurre a una agencia de traducción para contar con la fiabilidad y rigurosidad de confiar en un traductor profesional que sepa realizar su trabajo.
En Tradupla tendrás la seguridad siempre de que situaciones similares no las vas a vivir de primera mano porque te aseguramos que todos los documentos que salen de nuestra empresa de traducción están traducidos con rigor y profesionalidad.
¡No te la juegues como nuestro amigo!