Recientes investigaciones han considerado el dominio de más de un idioma como una fuente inmensa de ventajas económicas, académicas y, sobre todo, cognitivas para las personas que son bilingües.
El aprendizaje de más de una lengua cuando se está comenzando a absorber conocimientos es el mejor entorno para ello. Hablamos del hogar familiar cuando aún se es un bebé. Los padres deben ayudar a sus hijos a que, desde pequeños, empiecen a ser bilingües de forma natural, y de eso trata la estrategia de la que vamos a hablar a continuación.
“One-parent-one-language” (OPOL, su sigla en inglés) viene a referirse a “un padre, una lengua”, por lo que es fácil de intuir. Cada progenitor enseñará un idioma diferente a su hijo y se comunicará con él para que aprenda varias lenguas de forma simultánea.
OPOL, método de aprendizaje de idiomas
Esta forma de ampliar conocimientos de lenguas diferentes está arrasando, y no es para menos. Además, fue el primer sistema reconocido oficialmente para desarrollar las habilidades bilingües de los bebés con poco tiempo de edad.
OPOL trabaja, sobre todo, en la persistencia, en que cada padre del bebé solo se centre en hablar y comunicar todo lo que pueda con el pequeño en un idioma en concreto, pero cada progenitor elige uno diferente al otro.
La clave del éxito: insistir en ello y no abandonar en el intento.
Además, debemos evitar caer en la falsa creencia de que se van a mezclar los idiomas, porque no es así.
El origen de este método de aprendizaje surgió de manera natural en familias cuyos padres tienen diferentes lenguas maternas, por lo que esto se fue dando de manera natural y espontánea. El primero en observar resultados evidentes fue Maurice Grammont a comienzos del siglo XX.
Algunos de los puntos clave de esta forma de ser bilingüe son:
- El niño va a asociar cada idioma que escucha a la persona que se lo está transmitiendo. Por ejemplo, mamá habla español, pero papá habla inglés. Esto hace que el cerebro del pequeño distinga claramente cuándo usar una lengua u otra.
- Debemos ser constantes. Esta tarea es fundamental en los padres que, a veces, suelen dejar de cumplir este propósito y la disciplina no llega a ser del todo efectiva. Para que el método OPOL llegue a ser factible deben hablarse los idiomas todos los días como parte de una vida normal.
- Variedad en el aprendizaje. Debemos no solo hablarle al pequeño en diferentes idiomas sino hacerle llegar ambas lenguas en formatos diversos como vídeos, canciones y materiales profesionales de educación.
- Tiempo compartido. Es decir, la duración del tiempo en la que el pequeño escucha varios idiomas debe ser equitativo. En el método OPOL, cada padre se hace cargo de un idioma, pero tiene que ser equilibrado con la otra parte.
Curiosidades de OPOL
Como apuntábamos anteriormente, aprender idiomas diversos gracias a la ayuda de los padres con lenguas nativas diferentes es en lo que se basa OPOL, y ya surgió hace más de 100 años.
Las conclusiones llevadas a cabo demostraron que, gracias a este aprendizaje antes de los 5 años, un niño perfectamente puede llegar a dominar totalmente los dos idiomas que está aprendiendo, pues su desarrollo cerebral se lo permite.
Una curiosidad: Si hablamos un idioma a una persona con otro idioma materno, aunque pensemos que no va a contestar, sí lo hará. Solo tendremos que hacer una prueba para saber si está aprendiendo: preguntar de forma natural en un idioma y si responde en uno u otro idioma es que está aprendiendo porque ha entendido la pregunta.
Por otro lado, en el inicio de este aprendizaje, vamos a ver que el niño va a mezclar ciertos términos en los dos idiomas, es algo normal. Para ello, como apuntábamos, solo tenemos que ser insistentes y constantes y, sin ánimo de corregir, simplemente podemos repetir las palabras para que el cerebro del niño se vaya adaptando.
¿Hay que tener el idioma como lengua materna para iniciar esta práctica? Un caso real: Pilar Suárez
Si bien es cierto que es más que recomendable que el padre o madre sean nativos, no es condición sine qua non.
Pilar Suárez viene poniendo esta práctica en marcha desde que nació su primer hijo en el año 2011. Tiene dos hijos pequeños, uno de 6 años y otra niña de 4 años. Desde su nacimiento, habló con ellos en francés. Cantaba las nanas en francés, buscó en Internet los canales franceses de dibujitos y se suscribió a canales de pago con la instalación de la parabólica para hacerles llegar el idioma. Asimismo, leía cuentos en francés por las noches, practicaba cuadernillos de aprendizaje y viajaba algún que otro verano a Francia, el país vecino.
El hijo más mayor comprende a la perfección cualquier largometraje de Disney en francés y a cualquier persona que le hable en francés. La chica, sin embargo, aún tiene dificultades de aprendizaje de la segunda lengua. Su madre no fue tan constante y a ella no le gustaban los dibujitos, luego el imput era cada vez menor.
No obstante, ambos niños conocen las reglas fonológicas y prosódicas. Comprenden casi a la perfección cualquier situación comunicativa y son capaces de resolver pequeñas frases simples hasta el momento…
Continuará…