Ya no corremos, volamos. Si nos creíamos agazapados con el aprendizaje de idiomas y muy atrás en las encuestas europeas, llegó Méndez de Vigo para levantarnos la manita, darnos un toque de atención y saltar de nivel en menos que canta un gallo, o que habla otro idioma, no estamos muy seguros.
Hemos pasado de no requerir ningún idioma para finalizar los estudios universitarios, a que sea obligatorio tener cómo mínimo el B1. Ahora, como sprint para alcanzar al resto de países de la UE, el Ministerio de Educación quiere que lleguemos a un B2 en cuatro años solamente, eliminando dos cursos de un solo plumazo.
La polémica está servida, my darling
La Asociación de Profesores de las Escuelas Oficiales de Idiomas ya se ha pronunciado, nada más saltar la noticia del borrador que ha dejado tan sutilmente caer el gobierno de Madrid. Califican la decisión de este cambio en la forma de enseñanza de idiomas como algo decepcionante, a la vez que se encuentran enfadados y confusos.
Ejemplo de ello, sin ir más lejos, lo vemos en el nivel básico de alemán. Mientras que anteriormente, sin aplicar el Real Decreto, una persona tendría que asistir a 225 horas lectivas para poder optar a examen, ahora se prevé que solo necesitaría 180 horas.
Una reducción realmente significativa, difícil de entender, pues se trata de un A2 de un idioma prácticamente desconocido por todos los españoles de a pie. Salvo que seas una Angela Merkel encubierta, claro está.
Aunque, parece ser que aun así tenemos que agradecer que, idiomas como catalán, gallego, árabe, chino, japonés y, por supuesto, español como lengua extranjera, se eximen de este tijeretazo a las horas de aprendizaje. Un detalle por parte del Gobierno que entiende que los caracteres chinos no son algo tan liviano de retener.
Informatizarse o morir
Esta clave también entra a formar parte del alboroto que se viene dando desde que salió la noticia del borrador del decreto que tiene que entrar en vigor en septiembre de este año.
La idea es que, al total de 120 horas de curso anual se le añada, de manera individualizada según idioma y nivel, unas ciertas horas de curso semipresencial donde el alumno deberá terminar su formación de manera totalmente autónoma a través de plataformas educativas.
La idea proviene ya de mucho atrás, pues se supone que todas las escuelas de idiomas se han ido preparando progresivamente para la inminente puesta en marcha de la educación online, y que en septiembre no les va a suponer nada subirse al carro. Pero, de nuevo, las opiniones se encuentran enfrentadas.
Alumnos en punto de fuga inmediata
Otra parte en discordia en esta reforma de la escuela de idiomas apresurada del Gobierno son los alumnos.
Éstos aseguran que todo el tema de reducción de años para la obtención de un nivel básico puede ser perjudicial, sobre todo para idiomas poco frecuentes en un entorno común como ocurre con el ruso.
«Es imposible, totalmente inviable alcanzar un nivel Básico de ruso en un solo año. De verdad, completamente imposible”, esto explica, con mucho desconcierto, una alumna que se encuentra indignada tras conocer la noticia de la reforma de la escuela de idiomas.
Además, este nuevo decreto obliga a estudiantes a que tengan conexión a Internet en casa para poder terminar sus cursos y acudir a un examen final, sin prever que puedan existir aún personas que no tengan en sus casas wifi y tengan que completar sus estudios en un sitio donde poder conseguir conexión.
Las críticas se amontonan, alumnado, profesorado y cargos de la EOI ponen sus gritos al alza tras conocer la noticia de los cambios tan drásticos y del poco tiempo que tienen para acatarlos antes de que se implanten definitivamente.
Aprender idiomas en 2018, un reto para el que vamos a necesitar calzarnos las zapatillas de running, una buena ropa de deporte y correr por llegar a la meta sin desfallecer en el intento por conseguir un C1 de inglés.